La historia de Franccesca es una de esas historias genuinamente italianas que habla del amor por sus raíces, pasión por la pasta y gusto por la innovación.
El principio de nuestra aventura se remonta al año 2006, cuando fundamos una pequeña fábrica, respetando las recetas del pasado, incorporando los progresos alcanzados por la tecnología en el campo de la ultra congelación, siendo una de las pocas sociedades que usa el sistema de trefilado en bronce que proporciona a la pasta esa particular superficie rugosa necesaria para capturar las salsas y los condimentos, sin comprometer su cualidades organolépticas y, aún más importante, sin añadir conservantes.
Su crecimiento paulatino se ha basado en la selección de los ingredientes y el compromiso con el entorno, con una orientación al consumidor y a sus necesidades. Para ello brindamos un servicio de distribución propio, que proporciona una excelencia en la entrega del producto a los distintos puntos de ventas logrados.
Los objetivos y valores apuntan a la honestidad, sacrificio y eficiencia. Por todo esto, es que estamos enfocados en el cliente, sabiendo y comprendiendo sus necesidades.
Gracias por elegirnos.